
Trail: Imagina la misma línea que en el caso anterior, y ahora traza otra línea perpendicular entre el centro del eje delantero y el suelo. La longitud entre las dos líneas es el Trail y podemos decir que es la distancia virtual entre el punto en el que apoya la rueda en el suelo y el eje de giro. El Trail por tanto depende del ángulo de la dirección y el avance de la horquilla.
¿Qué importancia tienen? Cuando tenemos un Trail grande (por ejemplo, con una horquilla con muy poca longitud de punteras), la bicicleta tiende a comportarse muy estable en altas velocidades, pero sin embargo es más nerviosa y difícil de controlar cuando pedaleamos despacio. El típico ejemplo es cuando en subidas técnicas nos movemos de un lado a otro del camino al pedalear muy fuerte. Si el Trail es pequeño (una horquilla con punteras largas), la bici es más manejable en velocidades lentas y medias (en las subidas, por ejemplo), pero transmite menos confianza cuando circulamos muy rápido, ya que un leve giro del manillar nos cambia más rápido nuestra trayectoria.
Ni el exceso y la carencia de Trail son buenos, lo ideal es una medida que encaje con las necesidades de nuestra bici. Una dirección muy relajada (por ejemplo, 67º), se verá beneficiada de una horquilla con más avance, ya que reduce el exceso de Trail. Una dirección muy vertical (72º por ejemplo) será menos nerviosa con una horquilla con menos avance, ya que aumentará su Trail.